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NEGOCIOS: ¿QUÉ ES UN “DEPARTAMENTO JURÍDICO”?

Recientemente, me encontré con el propietario de un negocio que estaba buscando un abogado de negocios para reemplazar al que tenía antes. Su anterior abogado le había decepcionado por no haberle informado de las consecuencias fiscales que tendría comprarle a un socio su parte del negocio. Él quería saber si yo, como abogado de negocios que trabaja para su empresa, habría mencionado el tema de los impuestos. Estaba bastante claro que esta pregunta tenía una importancia primordial y mi respuesta marcaría la diferencia entre ser contratado o no. ¿Qué debería hacer?

Es cierto que muchas áreas del Derecho se solapan. Las decisiones de negocio de un cliente a menudo tienen implicaciones en términos de impuestos, planificación patrimonial, protección de activos, inmigración, etc. A veces las consecuencias son bastante obvias, en cuyo caso es probable que tenga que contar con su abogado para ponerlas en su conocimiento. Sin embargo, a veces no son tan obvias.

En el caso de nuestro cliente potencial, el tema de los impuestos en el que no le asesoró su antiguo abogado, estaba, en realidad, bastante oculto. ¿Era justo o razonable que el cliente esperase que su abogado lo detectase? Eso depende.

 

I. CONTRATAR SERVICIOS LEGALES

En ese punto de la conversación, el cliente había hablado conmigo acerca de las tareas individuales que necesitaba que yo realizase – por ejemplo, la preparación de un acuerdo entre accionistas, el acuerdo de compra de activos, acuerdos con los empleados, etc Estas son las típicas cosas que puede hacer un abogado mercantil, y la forma más rentable de realizarlo es fragmentando las asignaciones. Por lo tanto, mi plan era proporcionar una oferta para los servicios solicitados.

Ahora bien, exactamente ¿qué obtiene un cliente por el dinero que invierte en sus servicios legales mediante la realizaición de tareas? Y, más concretamente, ¿qué no gana el cliente?

En mi experiencia, una gran cantidad de propietarios de pequeños negocios (y la gente en general) odia pagar los honorarios legales. Tienden a ver a los abogados como un mal necesario en lugar de un medio para llegar a un fin. No se preocupe. No voy a tratar de convencerle de lo contrario.

Los abogados son gente de negocios en sí mismos y entienden que os clientes quieran pagar lo mínimo posible en gastos legales. Reducir al mínimo los gastos siempre es importante. Entonces, ¿cómo pueden, los abogados, adaptarse a la demanda?

Una cosa que podemos hacer es limitar el alcance de los servicios. ¿Quiere un precio mínimo? De acuerdo, entonces haré sólo el trabajo que usted solicita y no realizaré horas extra. Eso es justo para ambar partes y para la buena práctica empresarial. Perfecto.

Bueno, puede ver hacia dónde va esto, ¿verdad? Si usted me contrata para preparar un acuerdo de compra de activos, y quiere una facturación limitada al tiempo que se necesita para realizar esa tarea específica, entonces no espere también que:

  • investigue todas las posibles consecuencias fiscales
  • me anticipe a efectos de su planificación patrimonial
  • proporcione un análisis del tipo de protección de activos
  • le asesore a efectos de su estado de inmigración o la capacidad de la empresa para patrocinar a un trabajador extranjero.

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II. ABOGADOS INTERNOS

Seamos sinceros. Muchas de las decisiones que usted toma para su empresa tienen ramificaciones de largo alcance. Incluso una tarea simple como la preparación de un contrato podría implicar una revisión en profundidad tanto de sus circunstancias personales como de los asuntos de su empresa.

La solución ideal, por supuesto, sería tener un abogado o un asesor de confianza que esté atento a todas las cuestiones pertinentes y que le vaya a dar consejos a cada paso que de. Eso es posible y tiene un nombre: “abogado interno.”

Su empresa puede contratar a un abogado a tiempo completo que se familiarice con sus negocios y con los asuntos legales de su empresa. Una vez haya hecho eso, y el abogado se haya hecho una idea global, lo justo es esperar a que él o ella se anticipe a las consecuencias y proporcione asesoramiento. Después de todo, usted es su único cliente.

Sin embargo, aún en ese caso no puede esperar que ese abogado sea un experto en todos los campos del Derecho. Por alguna razón existen los especialistas. Nadie puede esperar que otra persona tenga un conocimiento detallado de todas las áreas y si alguna vez se encuentra con alguien así, puede que usted no esté dispuesto pagar el salario que él o ella solicita.

Entonces, el abogado interno costaría a la compañía un salario adicional. Eso es muy diferente de pagar a un abogado por redactar un simple contrato, ¿verdad?

Estos son los dos extremos. ¿Hay, quizá, un término medio?

 

III. DEPARTAMENTO JURÍDICO

Algunos abogados ofrecen servicios jurídicos para empresas. En este caso, el abogado sigue teniendo su práctica fuera, y usted no será su único cliente. Por lo general, los departamentos jurídicos cobran un anticipo mensual. Esa compensación se paga tanto si el abogado tiene muchas tareas que realizar como si no. El anticipo, presumiblemente, será menos de lo que la empresa pagaría por un abogado interno, y es probable que, de esta manera, pueda conseguir un abogado mucho más experimentado.

A cambio del pago mensual, el departamento jurídico invertirá tiempo en reunirse con la administración, en hacer y responder preguntas, estudiando el modelo de negocio, consultando con otros expertos, proponiendo ideas y soluciones, etc. El abogado actuará de igual forma que los abogados internos, pero él o ella no estará al final del pasillo ni tampoco estará disponible en todo momento para usted.

Los términos exactos del acuerdo tendrán que ser negociados. En muchos casos, el departamento jurídico limitará el tiempo de compromiso mensual y/o los servicios que se prestarán. Puede que usted no deba esperar que el departamento jurídico se encargue de un juicio, por ejemplo, como parte de la tarifa plana mensual normal.

No obstante, el acuerdo de departamento jurídico será aquel que funcione bien tanto para pequeñas como medianas empresas. En cierto sentido, su empresa recibirá lo mejor de ambas partes.

 

IV. CONCLUSIÓN

Naturalmente, yo quería ganarme a este cliente potencial, por lo que la tentación estaba allí para decirle simplemente lo que quería oír: «El otro abogado es un estúpido y yo soy mejor”.

Verdaderamente, eso podría ser cierto. Yo en realidad no sé qué tipo de acuerdo tenía la empresa con el otro abogado. Si él formaba parte de un departamento jurídico, entonces tal vez debería conocer el tema de los impuestos. Pero, si por el contrario, el cliente simplemente le había dado las tareas de abogado de una manera fragmentada y pagando una cuota proporcional a ese tipo de servicio, por consiguiente, es probable que las expectativas del cliente no fueran razonables.

Le dije la verdad al cliente potencial y el me indicó la salida.

Obviamente, el cliente estaba resentido por la experiencia anterior. Seguramente pudo haberle costado un montón de dinero, y siento lo ocurrido. A fin de cuentas, no tengo la información suficiente para saber si el cliente estaba siendo justo con su abogado o no, pero sí sé que prefiero no comenzar la relación con los conceptos erróneos.

Si una empresa quiere departamento jurídico, nuestros abogados de negocios asumirán esa responsabilidad y serán los responsables ante el cliente por todo lo que eso supone. Si lo que la empresa quiere hacer es más que una inversión, entonces entiendo la disyuntiva.

Es difícil tener las dos cosas.

~ Jeff Harrington, Esq.